Puede
decirse que en julio de 1996 estamos muy cerca a los cuarenta millones de
personas y que es muy probable que tengamos más de
39 y medio millones de habitantes.
Después de un esfuerzo de
depuración de casi dos años, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística dio a conocer los resultados definitivos del último Censo de
Población y Vivienda realizado el 24 de octubre de 1993. El Dane pudo
establecer que se censaron 33 millones 109 mil 840 personas. Además, mediante
una operación de comprobación diseñada de manera muy meticulosa y ejecutada con notable cuidado pudo establecer que el operativo censal omitió a 4 millones
313 mil personas. Si a la cifra correspondiente al conteo se le añade el ajuste
por cobertura se obtiene, entonces, una población ajustada de 37 millones 422
mil 791 habitantes para la fecha censal.
Si se toma como base la cifra
ajustada y si se conoce la tasa de crecimiento de la población es posible calcular un estimativo de la población colombiana a la fecha. Infortunadamente, la tasa de crecimiento de la población en Colombia se
desconoce y debe ser estimada a partir de la información censal, lo cual
presenta algunos problemas que se originan por los ajustes de cobertura realizados a los dos últimos censos. Si se calcula la tasa de crecimiento de la población con base en los datos ajustados se obtiene una tasa del 2,8 por ciento anual
que resulta relativamente alta si se tiene en cuenta información conocida
sobre las tasas de natalidad y mortalidad. Por lo contrario si se ignoran los
ajustes y se calcula la tasa de crecimiento de la población a partir de las
cifras correspondientes a la población censada se obtiene una tasa del 2;2 por
ciento que parece un poco más razonable. Cualquiera que sea el procedimiento,
puede decirse que en julio de 1996 estamos muy cerca a los cuarenta millones de
personas y que es muy probable que tengamos más de 39 y medio millones de
habitantes.
La cifra para muchos demógrafos
como los que hicieron las proyecciones para el estudio Colombia Siglo XXI
resultan altas tanto en lo que se refiere al volumen de la población como a
las tasas de crecimiento en el período intercensal y por lo tanto van a ser
objeto de un interesante debate. Muchos políticos, por el contrario van a
criticar las cifras del Dane por lo bajas. No cabe duda que los alcaldes y
gobernadores piensan que la población que realmente tiene que atender está
siempre por encima de las cifras censales y quisieran que sus ciudades y departamentos tuvieran siempre más habitantes que los que aparecen en el
Censo pues esto les permitiría contar con mayores recursos.
El debate tanto a nivel técnico
como a nivel político pinta bastante movido y el Dane debe estar preparado
para afrontarlo en ambos campos. No cabe duda de que el trabajo meticuloso realizado en los dos últimos años ha mejorado considerablemente la posición del
organismo del gobierno encargado de ejecutar los censos. Lo que se necesita en
estos momentos es hacer una evaluación técnica del Censo por parte de los más
destacados investigadores colombianos.
En primer lugar se requiere de un
análisis cuidadoso de la calidad de la información correspondiente a las
principales variables investigadas en el Censo del 93. Es necesario entonces
hacer una evaluación de la calidad de la información demográfica, de vivienda,
de cobertura de servicios públicos, de empleo y actividad económica, de
educación y de salud para establecer la calidad de la información recolectada
Después de hacer un análisis de
la de la información censal basada en la información recolectada es necesario
confrontarla con información producida por otra fuentes y con la
correspondiente de censos anteriores
para poder establecer su confiabilidad.
Una vez establecido el grado de
confiabilidad es necesario producir indicador derivados de la información
censal como pueden ser indicadores de la calidad de vivienda, estimativos de
déficit educativos que permitan orientar la acción del gobierno y focalizar el
gasto social.
La utilidad de este tipo de
ejerció es muy grande como se pudo apreciar esfuerzo importante realizado en
1986 por el Dane bajo la Dirección del doctor Alfonso González. Con ayuda de
los principales centros de investigación y la participación destacados
investigadores se pudo hacer una evaluación de la calidad del Censo del 85 y se
llegaron a importantes conclusiones sobre la evolución de los principales indicadores
derivados del Censo de Población y Vivienda.
La actual administración del Dane
es consciente de la importancia de un ejercicio de evaluación y ha comenzado a
programar su realización. Teniendo en cuenta
por un lado la experiencia acumulada en el censo y los importantes
cambios tecnológicos que han ocurrido en los últimos diez años en el campo de
la computación es muy probable que se logre un resultado bien interesante y que
además tenga una amplia divulgación pues hoy en día gran número de entidades y
empresas del sector privado son conscientes de la importancia de contar con una
información de alta calidad que les permita hacer una planeación más eficaz
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