Indudablemente una de las personalidades más atractivas dentro del
campo de la economía es el Profesor John Kenneth Galbraith. Es uno de los
pocos casos de un académico que ha tenido éxito en el campo de la política y de
la diplomacia.
En sus memorias tituladas A Life in our Times el Profesor
Galbraith nos relata, en su
característico estilo, los principales eventos de su época.
Un estilo con personalidad.
A lo largo de las memorias se pueden observar dos características que
distinguen al autor. Su punzante estilo y su arrolladora
personalidad. Como él mismo
reconoce, buena parte de su éxito se ha debido a su habilidad para escribir con
claridad sobre temas técnicos. En repetidas ocasiones su habilidad le
abrió las puertas de nuevos campos. Su vinculación a la política del
partido Demócrata como escritor fantasma en la primera campaña de Adlai
Stevenson se debió en buena parte a sus dotes de escritor.
La arrolladora personalidad del Profesor Galbraith combinada con su
elevada estatura lo convierten en el centro de toda reunión. Quien haya
tenido la oportunidad de conocerlo personalmente gozará mucho con el relato de
algunas de las experiencias en las que gracias a su personalidad logra salirse
con la suya. Una anécdota de su libro ilustra la manera como Galbraith
puede apabullar al ciudadano común. En una ocasión Galbraith debía visitar
a uno de sus conocidos en un hospital. Cuando llegó, la hora de las
visitas ya había pasado. Sin arredrarse, Galbraith continuó su marcha y cuando la enfermera le preguntó
quien era, inmediatamente contestó «el Doctor Galbraith».
Conociendo la imponencia del Profesor Galbraith me puedo imaginar el
estado en que quedó la pobre enfermera.
La Crítica de la Teoría Neoclásica.
A lo largo de su vida Galbraith ha sido uno de los críticos más
caracterizados del modelo neoclásico. Permanentemente ha atacado lo que él
bautizó como la sabiduría convencional. Especialmente, ha cuestionado la
validez del modelo de competencia perfecta, argumentando que el mundo está
caracterizado por la existencia de monopolios y empresas dominadas por
tecnócratas que muchas veces no responden a los dueños sino que buscan su
propio beneficio sin tener en cuenta objetivos de maximización de
utilidades.
En sus memorias la lucha entre Galbraith y los economistas neoclásicos
es permanente. Gran parte del relato de su vida gira alrededor de este
tema y de su lucha por plasmar sus ideas en dos de sus libros: La Sociedad Opulenta
y el Nuevo Estado Industrial. Estos dos libros, sin lugar a dudas, se convierten en protagonistas principales en
estas memorias. El difícil proceso de su creación muchas veces interrumpido por
eventos de la política y la diplomacia muestra la angustia del escritor por ver
concluida su obra. El éxito abrumador de estos dos libros corona las
angustias del autor y además le abre nuevas oportunidades y le permite
financiar su entrada al Jet‑set.
Si bien un lector desprevenido de las memorias del Profesor Galbraith
pueda concluir que la ortodoxia neoclásica ha sido reemplazada por la visión
galbraithiana, la realidad es que los académicos americanos han considerado que
la contribución de estos dos libros al avance de la ciencia ha sido muy
limitada. Por el contrario, nadie puede dudar de la gran influencia que
han tenido los escritos del Profesor Galbraith en las decisiones de
política. Como lo recuerda el autor en sus memorias buena parte de la
concepción de los programas de La Gran Sociedad se basan en La Sociedad
Opulenta. También es notable la influencia del Profesor Galbraith en la
introducción de consideraciones sobre la calidad de la vida para complementar
el objetivo de crecimiento de la producción.
El Hombre Público
Se pueden distinguir dos fases en la carrera pública de
Galbraith. En la primera de ellas se vincula de tiempo completo mientras
que en la segunda y una vez ha sido contratado por la Universidad de Harvard
mezcla sus labores docentes con sus
intervenciones públicas.
La primera fase burocrática de Galbraith está íntimamente relacionada
con el manejo de la economía de los Estados Unidos durante la segunda guerra
mundial. Después de haber desempeñado algunos puestos secundarios
Galbraith se convierte en Zar de Precios
de los Estados Unidos y allí comienza a tener destacadas
figuraciones. Tanto su poder como el número de subordinados crece
considerablemente al intensificarse la participación de los Estados Unidos en
el conflicto bélico.
En la segunda fase Galbraith
comienza como un experto en temas económicos que asesora a algunos de los
políticos demócratas. Más tarde y gracias a sus habilidades de escritor entra a
formar parte del grupo de escritores fantasmas en la campaña de Stevenson y de
allí se convierte en uno de sus principales asesores económicos.
El triunfo de los demócratas a comienzos de los sesentas le permite a
Galbraith el volver a brillar en el firmamento político. Durante el gobierno de
Kennedy es nombrado como Embajador en la India donde se ve envuelto en la
guerra entre China y la India. En el gobierno de Johnson su influencia es
muy notoria en cuanto se refiere a la política doméstica. La influencia de
Galbraith comienza a evaporarse al convertirse en uno de los principales
críticos de la participación de los Estados Unidos en el Vietnam.
Con la llegada de Nixon a la Casa Blanca comienza un período en el que
la influencia del político es muy limitada y en la que comienza a crecer su
importancia como crítico del sistema.
Al concluir la lectura de estas largas memorias no puede uno menos que
agradecer el gran esfuerzo hecho por el autor para mostrarse como una de las
personalidades más atractivas de los últimos cuarenta años.
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