Como muy bien lo dijo la Directora, es muy importante recordar que el Instituto de Seguros Sociales debe cumplir dos funciones bien diferenciadas. La primera se relaciona con la atención médica y la segunda con el pago de las pensiones.
En estos días la
dinámica directora del Seguro Social madrugó a defender el aumento en las
cotizaciones del ISS. En los espacios de 6 AM a 9 AM estuvo pronta a contestar
los interrogantes de los periodistas y de los oyentes. De acuerdo con las
preguntas, la audiencia preocupada por los recientes anuncios sobre las
investigaciones en el Seguro, parecía convencida de que era más prioritario
terminar de sanear el Instituto antes de pensar en aumentar las cotizaciones.
Como muy bien lo dijo
la Directora, es muy importante recordar que el Instituto de Seguros Sociales
debe cumplir dos funciones bien diferenciadas. La primera se relaciona con la
atención médica y la segunda con el pago de las pensiones. Los problemas de
corrupción primordialmente tienen que ver con la atención médica, mientras que
el aumento de las contribuciones se hace para mejorar la situación financiera
del pago de las pensiones.
Aceptando por el
momento, esta separación en dos Institutos de Seguros Sociales, se me hace
importante hacer algunas precisiones sobre el manejo de las pensiones. Primero,
el Seguro Social adolece de serias fallas en este campo; los computadores del
Seguro son manipulados por empleados deshonestos quienes crean beneficiarios
ficticios que no han hecho los aportes correspondientes. Es importante tapar
estas troneras por las cuales se escapan el ahorro de los trabajadores.
Segundo, al Seguro
Social no le ha ido muy bien en el manejo de las contribuciones de los
trabajadores. El IFI y el ICT utilizaron
los recursos del Seguro para propósitos muy loables pero de retornos muy
mediocres. Las malas inversiones del IFI y los desastres financieros del
antiguo ICT, redujeron considerablemente los ahorros de los trabajadores colombianos.
La experiencia anterior
en el manejo de los recursos lleva a la inevitable conclusión de que el Estado
es peor administrador que el sector privado. No cabe duda que el
microempresario obtiene un mejor retorno cuando invierte en su propia empresa que
cuando le entrega sus ahorros al Seguro Social. Los trabajadores pueden esperar
un mejor retorno de una inversión segura como los Títulos del Banco de la
República, que en los retornos de los fondos a cargo del Seguro Social.
Tercero, el desorden
administrativo del Seguro es tan grande que llega hasta el punto en que ni el
trabajador ni el mismo Instituto saben cual es el aporte que ha hecho en el
curso de su vida laboral. Todos estamos acostumbrados a que cada mes nos llegue
un extracto en el que se nos informa cual es el saldo en nuestras cuentas
corrientes y en nuestros depósitos de ahorro. En los recibos del ISS se informa
mes a mes cuanto debe contribuir pero nunca se informa cuanto es el monto de
los ahorros.
Este caos
administrativo ha llegado a los extremos de que para poder uno gozar de la
pensión tiene que conseguir la certificación de todos las contribuciones. Esto
es tan absurdo como si para retirar nuestros ahorros de una corporación
tuviéramos que adjuntar copia de todos los recibos de consignación que hemos
hecho desde el momento en que abrimos la cuenta.
Adicionalmente, el
momento no es el apropiado para un aumento de las contribuciones. Como dice el
dicho, el palo no está para cucharas. En estos momentos en que la economía está
en recesión y en que el poco aumento de los salarios ha sido devorado por la
inflación, es demasiado pedir un nuevo sacrificio.
Finalmente, no debe
olvidarse que por más que uno crea en las capacidades de la nueva directora uno
debe darse cuenta que los problemas del país requieren de soluciones
institucionales. No se puede esperar que el buen desempeño de una burocracia
dependa de la presencia de genios. El cambio institucional del Seguro
indudablemente debe venir acompañado de una mayor participación del sector
privado. El monopolio de la seguridad social no puede mantenerse en manos del
gobierno.
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